A partir de la década del ‘90, el modo en que se fue configurando el
sector económico pesquero determinó la pauperización y exclusión laboral de
esta industria, la extranjerización
del negocio y una creciente y acelerada depredación de los recursos del mar. Nunca
hubo una política pesquera en función de las necesidades del pueblo argentino,
ni se pensó jamás en el pescado como un producto de consumo masivo con el cual
saciar las deficiencias alimentarias de la población. Muy por el contrario, la
política pesquera siempre se vinculó con la exportación. La
estructura económica permanece intacta desde la transformación menemista. Esta
política no sólo profundiza el saqueo de nuestros bienes comunes a través de la
concentración de la riqueza pesquera
en pocas manos, sino
que además, fomenta la sobreexplotación
de los bienes comunes y la explotación de la mano de obra. Un ejemplo de ello
son las “cooperativas”, que no son más
que tercerizaciones de las empresas, en las que se desempeñan trabajadores/as
que no están registrados ni reciben aportes. En consonancia con esto, la
flexibilidad laboral también introdujo el salario por productividad,
esto significa que el salario de lxs trabajadores/as está sujeto a comisión.
Esta situación lleva a los hechos que vienen
ocurriendo en las últimas semanas. Por un lado, centenares de trabajadores
afiliados al SIMAPE (Sindicato Marítimo de Pescadores) siguen de paro en reclamo
de una recomposición salarial del 35%, mientras las cámaras empresariales (Caipa
y CEPA), que en estos años están teniendo ganancias millonarias, les da la
espalda. Si bien el SIMAPE levantó el bloqueo que mantenía en las terminales
portuarias, para facilitar el diálogo entre las partes, los trabajadores no
fueron oídos en la última reunión realizada en el Ministerio de Trabajo de la
Nación. En paralelo con esto, días atrás, los afiliados al SUPA (Sindicato
Unidos Portuarios Argentinos) habían realizado un paro que duró 11 días,
reclamando la aplicación de la Ley de Reparación Histórica Jubilatoria.
Finalmente, en el conflicto de los Capitanes
de Pesca se revela el rol que han tenido las cúpulas dirigentes de algunos
sindicatos para mantener este sistema entreguista. Los trabajadores afiliados a
la AACP (Asociación Argentina de Capitanes y Patrones de Pesca) están
reclamando que se realice una Asamblea Extraordinaria de sus afiliados para
formular un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), dado que el CCT actual,
firmado por la burocracia del gremio, profundiza la precarización laboral,
porque establece, entre otras cosas, el contrato por producción. Este convenio no defiende los intereses de los trabajadores, ni respeta las decisiones asamblearias. La dirigencia sindical de la AACP
viene posponiendo la asamblea con el fin de no debatir la posibilidad de luchar
por un CCT que proteja a los trabajadores. Por tal motivo, los capitanes,
unidos por una línea antiburocrática, realizaron, el pasado 14 de mayo, un
escrache con corte de calle frente a la sede de dicha asociación. La única
respuesta de la conducción sindical fue publicar las fotos de todos los
manifestantes que estuvimos allí apoyando el reclamo y resistirse, sin ningún
tipo de argumento, a llamar a Asamblea.
Desde el Frente Popular Darío Santillán,
queremos expresar nuestro repudio hacia estás políticas que sólo representan los
intereses de unos pocos, de los empresarios, de los patrones, y dejan de lado
el bienestar del pueblo. Así mismo, repudiamos la persecución política que se
le hace a lxs trabajadores y a las organizaciones sociales que apoyamos esta
lucha.
¡Aumento salarial del 35% para los
trabajadores del SIMAPE!
¡Nuevo CCT para los Pilotos y
Capitantes de Pesca!
¡Basta de perseguir a lxs que
luchan!
¡Contra la precarización laboral,
por libertad y democracia sindical!
FRENTE
POPULAR DARÍO SANTILLÁN