A lxs compañerxs del campo popular,
A las organizaciones hermanas,
A todxs aquellxs que valoran la experiencia y la búsqueda del FPDS:
Hace casi 8 años, organizaciones provenientes de diferentes sectores (territoriales, estudiantiles, sindicales, rurales) confluimos en la creación de una herramienta política y social que tomó como principios esenciales el antiimperialismo, el anticapitalismo, el antipatriarcado, la construcción del Poder Popular para el Cambio Social y la necesidad de transitar un proceso de unidad desde prácticas y reflexiones comunes: el Frente Popular Darío Santillán.
Desde ese punto inicial hasta el día de hoy, podemos decir/sentir con orgullo que hemos aportado a proyectar, desde una visión política, varios elementos a las experiencias del campo popular:
- La construcción de Poder Popular como elemento fundamental de una estrategia emancipatoria. Una construcción que parte desde las bases, desde las luchas y sueños de las clases subalternas, desde donde es posible pensar y construir un proyecto alternativo de país y sociedad. Un poder liberador en tanto puede prefigurar, mediante otros valores y formas, mediante otra institucionalidad liberadora, el horizonte de Cambio Social que queremos.
- Una clara vocación de síntesis de tradiciones políticas diferentes, buscando recuperar las mejores lecciones de nuestra historia y reivindicando la herencia de las rebeliones populares del 19 y 20 de diciembre de 2001.
- Coherencia en evitar caminos que llevaran a la cooptación, manteniendo en alto banderas como la no negociación de la Masacre de Avellaneda donde fueron asesinados nuestros compañeros Darío y Maxi, organizando nuestra bronca, poniendo el cuerpo en las distintas reivindicaciones populares y desplegando nuestra convicción en las calles, en un trabajo paciente y sostenido a lo largo del país.
- La voluntad de construir una organización donde confluyan los distintos sectores del pueblo trabajador. Visión que -enmarcada en las condiciones de fragmentación que nos legó el neoliberalismo- asumió una concepción multisectorial de los sujetos populares del Cambio Social.
- La búsqueda permanente de unidad con otras fuerzas populares. Así lo expresa la conformación de la COMPA (Coordinadora de Organizaciones Y Movimientos Populares de Argentina) y una fuerte apuesta a seguir promoviendo diferentes espacios de articulación y coordinación de la Izquierda Independiente.
- La proyección latinoamericana e internacional, siendo parte activa del ALBA de los Movimientos Sociales, junto a organizaciones hermanas de toda Nuestra América. Porque creemos que en América Latina y en su pueblo organizado anidan las esperanzas emancipadoras de la humanidad. La integración y articulación a nivel latinoamericano e internacional (como lo demuestra nuestra reciente participación en el Foro Social Mundial Palestina Libre y las Brigadas Internacionalistas en Haití, Paraguay y Venezuela) tiene entonces un sentido estratégico vital.
Tenemos la certeza de que esa misma búsqueda, ese proyecto y esa vocación de transformar profundamente la realidad de nuestro pueblo, está más vigente que nunca.
Sin embargo, en los últimos años, en el Frente Popular Darío Santillán se instaló un fuerte debate en torno a los desafíos que nos presenta la realidad de nuestro país y la actualidad de las organizaciones populares. Discusiones en relación a cuáles son las tareas que se desprenden de la proyección política, respecto a dónde volcar los esfuerzos y cómo darle cuerpo a nuestras ideas fuerza. Estos debates evidenciaron diferencias en distintos planos: en cómo hacer posible y realmente efectivo para millones de argentinas/os una alternativa de país y sociedad ante el actual capitalismo neodesarrollista. Diferencias en las concepciones sobre el/los sujetos populares del Cambio Social y la construcción de marcos de confianza para avanzar en procesos de unidad superadores de las organizaciones populares. Diferencias sobre la disputa de la estatalidad mediante los mecanismos electorales.
Ante la imposibilidad de construir acuerdos sobre estos puntos, una gran cantidad de regionales y colectivos del FPDS hemos decidido constituirnos como una corriente política con sus instancias organizativas propias y confianzas que permitan poner en prácticas nuestras convicciones, para desde allí avanzar en la búsqueda de una herramienta político-social superadora, junto a todas aquellas organizaciones que compartan la misma perspectiva.
Después de no menos de tres años de debates, que derivaron en una parálisis de las iniciativas de conjunto de nuestra organización, no logramos sintetizar una proyección común con otros compañeros/as del FPDS, lo cual nos impide seguir pensándonos como una misma organización. Estamos convencidos que los caminos diferentes que empezaremos a transitar enriquecerán el debate popular y posibilitaran futuros reencuentros con muchos compañeros y compañeras. Seguiremos compartiendo la búsqueda de un mundo mejor encarnada en la idea de Cambio Social y la preocupación por la unidad de las luchas populares en general, objetivo en el que el desarrollo y crecimiento de la COMPA se torna un aspecto indispensable.
Quienes hoy conformamos el Frente Popular Darío Santillán - Corriente Nacional, valoramos profundamente los aportes que arriba mencionamos y entendemos que constituyen un acumulado vital para encarar los desafíos que atraviesa la Izquierda Independiente en esta etapa, caracterizada por el crecimiento de la hegemonía del proyecto kirchnerista. Un proyecto que ha comprendido que la gobernabilidad luego de la rebelión popular de 2001 sólo es posible a través del reconocimiento de las demandas populares, forjadas en los años de resistencia al neoliberalismo, pero que ha restringido, a su vez, este reconocimiento a la convivencia pacífica entre opresores y oprimidos y ha abonado a una construcción política “por arriba”, en la cual la potencia transformadora del pueblo trabajador se vio limitada.
Sin duda, en estos 11 años ha habido avances de nuestro pueblo. Hemos valorado como positivas ciertas políticas como el enjuiciamiento a los genocidas de la última dictadura, la estatización del sistema jubilatorio, Aerolíneas y parte de YPF, y la implementación de la Asignación Universal por Hijo, la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Estos avances populares deben ser profundizados, pues no parecen formar parte hoy de un proyecto genuino y global de Cambio Social, donde el protagonismo del pueblo marque el rumbo.
El neodesarrollismo tiene, sin duda, límites estructurales, límites propios de cualquier “capitalismo”. Estos límites se expresan, entre otras cuestiones, en el saqueo de los bienes comunes y en la precarización de la vida del pueblo trabajador como condiciones sine qua non de la subsistencia y la reproducción del proyecto hegemónico, características que comparte con los demás proyectos neodesarrollistas en curso en Nuestra América.
Ante este panorama, consideramos primordial en esta etapa reforzar:
- La convicción de que hay que soldar un bloque histórico de las clases subalternas. Esto requiere pensarse y pensar la política no en términos corporativos sino como expresión genuina del conjunto plural de las luchas de nuestro pueblo trabajador; donde los papeles centrales en la lucha de clases serán decididos por la dinámica histórica y no por deducir comportamientos políticos automáticos devenidos del lugar en la fragmentada sociedad que, por abajo, nos deja el capitalismo.
- La necesidad de construir una organización nacional y verdaderamente federal. Una organización que pueda pensarse como aporte a la unidad del campo popular, superadora de la fragmentación actual, escapando a la autorreferencialidad, la autoconstrucción, el localismo y el sectarismo que por tanto tiempo han deteriorado las posibilidades de superación de la izquierda en nuestro país.
- La vocación de que esa fuerza social y política ayude a referenciar masivamente otro proyecto de país y sociedad. Una opción de orientación socialista, anclada en el ejercicio cada vez más amplio de la Soberanía Popular, que enfrente al capitalismo neodesarrollista, en todos los planos.
- La firmeza de retomar la construcción del poder popular como estratégico, asumiendo –al mismo tiempo- la necesidad de una Proyección Política Integral. En el marco de esta proyección es preciso organizar la disputa de la estatalidad mediante los mecanismos electorales, resignificando y transformando los espacios conquistados, de manera que permita interpelar masivamente al conjunto de nuestro pueblo. Entendemos que esta perspectiva forma parte del acervo de las batallas emancipatorias que se están dando en Nuestra América.
- La creencia de que la Izquierda Independiente tiene una responsabilidad histórica al respecto. Si no emprendemos esta difícil tarea podemos estar hipotecando nuestras construcciones de base, asumiendo una radicalidad puramente retórica, que no vaya más allá del plano reivindicativo y corporativo, o estar escondiendo una futura integración subordinada. La mayor radicalidad de una estrategia emancipatoria de las clases subalternas, se enmarcará en la proyección de una disputa hegemónica, por la dirección “intelectual y moral” de la sociedad.
Por todo lo expuesto y enmarcadas/os en las mejores tradiciones de lucha de nuestros pueblos, en las luchas de la primera independencia sanmartiniana y bolivariana, en las luchas clasistas de las y los trabajadores, en el ejemplo de Agustín Tosco, en la audacia revolucionaria y la intransigencia ético-política del Che, en el legado y el ejemplo de Darío Santillán y de nuestras barriadas, en las luchas feministas y de géneros, con el puño en alto de nuestras compañeras, en la tenaz resistencia al saqueo de nuestros pueblos originarios, en los sueños de justicia latentes de tantas/os explotadas/os de esta tierra; desde el FRENTE POPULAR DARIO SANTILLAN – Corriente Nacional, convocamos a quienes quieran ser parte de esta lucha a sumarse en un camino de construcción de Poder Popular hacia el Socialismo del Siglo XXI.