sábado, 25 de junio de 2011

Los ojos y las manos




¿Por qué la figura de alguien a quien no conocimos es tan fuerte para muchos de nosotros?
¿Por qué nos emocionamos cuando escuchamos su voz en un audio, o vemos su imagen en un video?
¿Por qué se nos pone la piel de gallina y se nos escapa una lagrima cuando escuchamos a Alberto decir en un plenario: “veo en muchos de ustedes, la misma mirada que tenía mi hijo”?
Permítannos hablar en nombre de muchos y muchas…

De gente de veinte y tantos…
De compañeras y compañeros que hace 9 años estábamos en “otra”, que pudimos encontrar nuestra referencia en estos dos compañeros caídos para guiar nuestra lucha.
Para llegar hasta acá, a este lugar con ustedes, que recorrieron este mismo camino, pero también con ustedes que lo transitaron desde antes.

La tradición de todas las generaciones muertas pesa fuertemente sobre el cerebro de los vivos. Decía Marx por alguna parte.

Siguiendo este planteo, la relación innegable entre la foto de Darío leyendo y detrás, en la pared, pegado con cinta scotch, un póster del Che, El comandante Guevara, Ernesto.
La figura del Che, pero sobre todo su última imagen, fue la referencia directa de muchos compañeros y compañeras que siguieron su ejemplo. Esa mirada salida de un cuerpo tendido, mantenía la luz en esos ojos negros, ya muertos cristalinos….
Esa mirada tuvo un efecto directo sobre la conciencia de miles de jóvenes. Una generación que dio todo por LA REVOLUCIÓN. No podía mirar para otro lado. No podía escapar a esos ojos abiertos. No podía NO querer cambiar el mundo. Esos ojos obligaban, obligan a buscar la libertad, a romper la dominación del hombre por las cosas que él creó y que convierte a los hombres en cosas también. Por eso el Che con sus ojos eternos que miraban a ese presente y al futuro interpelan con la fuerza de la voluntad a modificar todo aquello que nos indigna.
El “hombre nuevo”: aquel que se arroja hacia el mundo, que no puede evitar querer modificarlo y dejar su vida en ello si es necesario.
Despojo, amor por la humanidad. Aun por sobre el amor a su propia vida, a la existencia cómoda… a la mera existencia, a ser en fin solo bestias.
El sufrimiento y la explotación del ser humano existen, porque todavía no es plenamente humano, porque se ha alienado, porque no lucha por lo que quiere - diría Darío.
Porque la desigualdad y la injusticia dejaran de existir, cuando el Hombre deje de pensar en su propio culo y YA no lo dominen las cosas que el mismo creó. El hombre nuevo.
Quisiéramos agregar algo a estas palabras del Che y su concepto en singular: “Hombre nuevo”. Así planteado suena a abstracción, a lejanía, a soledad.
Le sumamos sentimientos, ternura, le agregamos una S, el plural. “Hombres nuevos y mujeres nuevas”.
Eso suena mejor. Implica la relación con los otros, la superación de las propias limitaciones con los demás, con los compañeros. No podemos ser hombres y mujeres nuevos si no es en relación a los demás. Y en eso, Darío y Maxi, constituyen el mayor ejemplo: dos compañeros, dos asesinatos, la misma lucha.
Un gesto total de humanidad que sigue irradiando desde aquella fría estación y desde aquel oscuro momento, el calor de la solidaridad y la claridad delcompromiso. Y aunque los perros del orden quieran… no podrán parar con las balas.



Por eso Darío y Maxi son la referencia de nuestra generación, por eso los sentimos tan cercanos, como amigos, compañeros del día a día. Son la demostración de que los que luchan, los que ponen el cuerpo, somos de carne y hueso, pero que aun en la situación más caótica y desesperante podemos ser totalmente humanos y representar así los valores de la sociedad que anhelamos.
Porque enfrentamos al sistema con palo y fuego, pero siempre está el abrazo, la caricia, la calidez que nos reconforta.
Maxi cae en la lucha y Darío en su último acto nos da el ejemplo, nos interpela en un solo instante, en un solo acto de amor. Lo que a veces lleva tiempo explicar y argumentar.
Darío es el compañero que como el Che pelea, lucha rabiosamente, pero que te alienta, que no te deja caer, que te tiende la mano y que está en el momento más difícil. Darío es el compañero que tenemos al lado…
Por eso es nuestro símbolo, nuestra bandera de lucha y la ternura, la DIGNIDAD….
Lo que complementa a esos ojos del Che, lo encontramos en las manos de Darío.

DARIO SANTILLAN PRESENTE!!!
MAXIMILIANO KOSTEKI PRESENTE!!!